HOTEL TELÉGRAFO
Historia, sociedad, poesía. Notas y documentos.
martes, 8 de julio de 2025
domingo, 6 de julio de 2025
Luz Gay y La Revista Blanca
Álvaro de la Iglesia
Con una perseverancia rarísima en
su sexo y con una modestia encantadora, más rara aun en la mujer de letras, la
inteligentísima y simpática escritora señorita Luz Gay, viene realizando una
obra a todo extremo laudable: la publicación de su preciosa Revista Blanca,
nunca lo suficientemente encomiada.
Cuanta actividad y cuanta virtud
representa una publicación que en el silencio y sin estrepitosos anuncios,
trabaja por la causa de la cultura cubana, no hemos de apreciarlo nosotros.
Basta para su triunfo, ser la obra delicada y hondamente sentida de una mujer,
de una niña mejor, corazón animoso que en medio de un pueblo mercantilista por
excelencia, ha echado los cimientos de su bello edificio consagrado a la mujer
y que, (doloroso es decirlo), no tiene aun por patrocinadoras a todas las
cubanas.
Lo que ha tenido que luchar y que
trabajar la tierna directora para llegar al punto en que hoy se halla el objeto
de sus nobles ambiciones, lo saben bien todos los que enamorados de una idea
noble y encariñada con el corazón, la han visto venir a tierra herida de muerte
por la frialdad inconcebible de un público, encumbrado a veces de cosas vanas
ya que no indignas. Pero esta vez ha triunfado la debilidad graciosa y al
propio tiempo bizarra de una niña superior a su rezo, testimonio elocuente de
cuanto puede una voluntad al servicio de una idea y un corazón animoso lleno de
claridades inefables y de provísimas abnegaciones. ¡Tal vez sobre hermosa obra
realizada con pasmosa discreción por un ser todo debilidad ha dejado caer desde
la otra vida sobrenaturales revelaciones un padre amoroso, oculto inspirador de
la genial artista.
En La Revista Blanca, Luz
Gay lo es todo: la selección discretísima de los originales y la galanura y la
novedad de la forma tipográfica; el orden verdaderamente varonil de una
administración modelo y la seriedad inglesa de la confección. Luz Gay es el
éxito; puede jactarse de ello. Precisamente se trata de una revista que no han
hecho popular ni firmas cubanas de gran nombre ni deleznables cambios de
elogios entre la gente de pluma.
Con la silenciosa fuerza de la
ola que bate un día y otro día el bloque de granito y lo socava, así la Revista
Blanca, que dirige una niña con su propia inspiración y con su maravillosa
voluntad de acero, ha quebrantado el muro de la indiferencia pública, se ha
hecho abrir, por su propio mérito, la puerta de todos los hogares más
distinguidos y luce hoy sus nacaradas hojas sobre el volador de la dama
distinguida, sobre el piano de la joven culta, en el bufete del hombre serio y
en el rinconcito preferido del gabinete de estudio del literato. Hermoso triunfo
del talento, éxito halagador de la constancia puesta al servicio de una idea
elevada, noble y útil.
El último número de La Revista
Blanca está ante nuestra vista, abierto por una de sus más hermosas
páginas: un estudio literario de Rafael Fernández de Castro, sobre el poeta
Arolas. Dicho esto, ¿a qué enumerar todas las bellezas del sumario? En
él, seremos francos, sólo echamos de menos una cosa: los versos de Luz Gay.
Porque Luz Gay, es uno de
nuestros poetas favoritos. Y nuestros favoritos ¡son tan pocos!
La Discusión, 21 de
octubre 1895.
sábado, 5 de julio de 2025
La Revista Blanca
jueves, 3 de julio de 2025
Poesías de Luz Gay
Carnestolendas
"La musa del dolor", que siempre lleva
el ay! pendiente del jadeante labio,
la que tiene la frente pensativa
y el rostro por las penas demacrado;
"La musa del dolor" que sepultada vive
en un cementerio subterráneo,
llorando por las plácidas venturas
perdidas en las brumas del pasado;
"La musa del dolor" que el Mal destino
envuelve en sus crespones enlutados,
a la que por sus versos dolorosos
"la musa del dolor" denominaron;
Se disfraza alegre, de festiva,
de traviesa inquietud si es necesario,
que al mundo le repugnan los espectros
y le entretienen los enmascarados.
Después de la fiesta
Queden las galas otra vez guardadas:
el cinturón de plata, el blanco traje,
el chal sedoso de nevado encaje
y los ramos de flores perfumadas.
Ya pasaron las horas agitadas
en que el asedio del pesar distraje,
regresando las galas sin ultraje
y de suaves aromas impregnadas.
Pero tú, terco corazón, persistes
en conservarte indiferente y frío;
como has ido al sarao, así volvistes,
y siempre melancólico y sombrío
sigues soñando con fantasmas tristes
y latiendo ¡infeliz! en el vacío.
Enero, 1896.
A mi amigo Juan de Dios Peza
Para la tumba de Ernesto Peza
(Méjico)
Toma la débil flor que te dedica
la musa blanca del país cubano;
pálida, triste, sin follaje vano,
pero en aromas de pureza rica.
Para muertos cual tú ¿que significa
en la flor bella del jardín lozano
el brillo frágil del matiz galano?
¿qué la hermosura del color implica?
Yo, que se bien lo que lo eterno vale,
busqué una flor que en tu sepulcro exhale
lo que el tiempo no estruja ni consume;
lo que la brisa a las alturas lleva
y hasta los tronos del Señor eleva:
la fragante pureza del perfume!
1894.
Consulta ministerial
A……
Huérfana, triste, sin paterno abrigo
sin encontrar piadosos corazones
donde puedan hallar mis aflicciones
el redentor consuelo que mendigo,
por el erial de mi sendero sigo
enterrando mis muertas ambiciones,
y dejo que mis bellas ilusiones
se las lleve el pretérito consigo.
Más como por mi mal, me causa miedo
la soledad terrible en que me quedo,
a vos, ministro que la luz reparte,
elevo mi consulta ansiosamente
para saber si puedo dignamente
hallar asilo en el jardín del Arte.
Mayo, 1894.
Tomado de Poesías de Luz Gay; prólogo de Dulce María
Borrero, Imprenta y Papelería de Rambla, Bouza y Ca., 1921.